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                                                                                  «Alicia abrió la pequeña puerta (..) y vio que al fondo se abría el jardín más maravilloso que pudiera imaginarse»

 

Cruzar el portón de Av. Santa Fe 3951 es adentrarse en un espacio suspendido en el tiempo, un lugar donde el verde arrasa y el sonido del viento entre las hojas suena más fuerte que todas las bocinas a su alrededor. El Jardín Botánico no es entonces un paseo sino una pausa, es escaparle al ritmo apurado de la cotidianeidad, es detenerse.

A medida que avanzamos por el pedregullo de sus senderos rojizos vamos dejando atrás el paso impaciente de las avenidas que lo circundan, respirando un aire nuevo. Gotas de luz salpican la tierra, mientras nos dejamos envolver por el perfume de sus flores, el canto de sus aves, por sus arroyos y estanques, sus sonidos, su silencio.

 

A lo largo de sus siete hectáreas podemos encontrarnos con más de 1500 especies vegetales de todos los continentes, podemos imaginarnos en la selva misionera o en los valles calchaquíes, podemos viajar en el tiempo con árboles plantados en el 1800, que se alzan como testigos orgullosos de los siglos.

Y ya que hablamos de historia, su origen se remonta al año 1892, cuando Carlos Thays, por entonces Director General de Paseos Públicos de la Capital, comenzó a diseñarlo y proyectarlo. Su visión lo llevó a solicitar a la Municipalidad este terreno, que pertenecía al Departamento Nacional de Agricultura, con el objetivo de crear un espacio natural que sirviera tanto a la conservación de especies como a la recreación. Luego de años de trabajo, finalmente el jardín abrió al público en septiembre de 1898, convirtiéndose así en el más antiguo del país.

 

Thays nos dejó un legado que continúa creciendo, gracias al estupendo grupo humano que trabaja allí diariamente. Uno de los aportes más recientes fue la creación de un jardín de mariposas a cielo abierto, diseñado con especies que las atraen, como lavandas, salvias y lantanas. En él las flores estallan en un arcoíris, mientras las mariposas giran a su alrededor con su aleteo escurridizo. Un espacio que invita al silencio y la contemplación, en donde los minutos se disuelven sin darnos cuenta.

 

Otro de sus atractivos son las obras de arte que acompañan el recorrido, ya sea en fuentes y estanques o escondidas entre la vegetación.

 

El Botánico es de esos lugares a los que uno siempre vuelve, y cada vez parece la primera. Creo que cualquier selección de fotos que haga me va a parecer incompleta, porque siempre hay algo nuevo por descubrir y porque con cada estación el paisaje se renueva. Por ahora los dejo con estas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Datos útiles:

Dirección: Avenida Santa Fe 3951, CABA

Horario de Verano (22 de septiembre a 21 de abril)
Lunes cerrado. Martes a viernes de 08:00 a 18:45 hs. Sábados, domingos y feriados de 09:30 a 18:45 hs.

Horario de Invierno (22 de abril a 21 de septiembre)
Lunes cerrado. Martes a viernes de 08:00 a 17:45 hs. Sábados, domingos y feriados de 09:30 a 17:45 hs.

Visitas guiadas: Sábados, Domingos y Feriados 10:30 y 15:00hs. (No requiere inscripción previa)

Visitas al invernáculo principal: Sábados, Domingos y Feriados a las 16:30hs.

Los días: 1° de Enero, Viernes Santo, 1° de Mayo, 21 de Septiembre, día del Municipal y 25 de Diciembre el Jardín permanece cerrado.

En los días de inclemencias climáticas (vientos intensos, lluvias, lloviznas persistentes) el jardín permanece cerrado por razones de seguridad.

 

El Jardín Botánico ofrece la posibilidad de realizar visitas guiadas para escuelas, cursos, talleres, voluntariados, conferencias y seminarios sobre temas relacionados con la conservación vegetal, la biodiversidad, la botánica y el paisaje, entre otros.

Para más info pueden visitar su sitio web o su página en facebook