Cuando un grupo de mujeres creativas se une, sucede magia. Y si a eso le sumamos la paz del campo, sabores increíbles y el sol tibio del invierno, la combinación es insuperable.
Eso fue lo que viví hace unas semanas gracias a la generosa invitación de Sole Benvenuto, el alma máter de Mercado Don Toto, Boulevard Saenz Peña y Somos Cultura Retro. Cada uno de estos proyectos lleva su sello: el amor por los objetos con historias, la creación artesanal y los viejos oficios.
Con ese mismo espíritu Sole convocó a un grupo de emprendedoras a compartir un día al aire libre, rodeadas de naturaleza. El plan original era su campo en Villa Paranacito, pero los destinos de la ruta nos llevaron a una estancia del 1900 en San Antonio de Areco.
El lugar nos dejó sin palabras desde el primer momento: árboles centenarios, aljibe, molino y la huella del tiempo en cada habitación.
Y fue allí, bajo la sombra de un roble, que las chicas desplegaron todos sus talentos. Sole Rivero de Don Ramón Flores diseñó una mesa divina, con la marca inconfundible de sus ramos naturales. Cada detalle invitaba a soñar: la vajilla y muebles de Mercado Don Toto, las prendas únicas de Carolita Home, la mantelería de Casa Bulla.
Llegó el momento del almuerzo y la genia de Pía Fendrik nos deleitó con una sucesión de manjares, ¡uno más rico que el otro!
Mención aparte para el equipazo de Don Toto: Vero Mariani, Luli Longar, Ceci Longar, Mechi Vevan, que le dieron la mejor energía a este encuentro.
Y así pasó la jornada, un regalo al alma luego de tanto encierro. Sólo tengo palabras de agradecimiento a cada una por la buena onda, el entusiasmo y la inspiración de este día. Especialmente gracias Sole por esta experiencia hermosa y Vero por tu alegría y generosidad!
